sábado, 28 de abril de 2012

Cultivos invernales I: Colza

¿Cómo optimizamos la siembra de colza?


La elección y/o adaptación de la sembradora es clave para alcanzar una óptima implantación del cultivo, aún en siembra directa.


Cultivo de colza, raps o canola (Brassica napus).

El cultivo de colza, raps o canola (Brassica napus), es una oleaginosa muy difundida en el mundo, ya que produce aceite comestible de excelente calidad . En los últimos años comenzó a ganar superficie en nuestro país y esto se debe fundamentalmente a dos cuestiones.
En primer lugar podemos nombrar la tendencia mundial de optar por nuevas fuentes de energía renovable, en reemplazo de los combustibles fósiles. En nuestro país, el cultivo de colza se presenta como un producto capaz de satisfacer estas exigencias. Distintas propiedades de sus granos y su excelente calidad de aceites, lo convierte en un cultivo bioenergético. En Argentina, la elaboración de biocombustibles viene en alza, se ha convertido en una nueva unidad de negocio en muchas empresas agropecuarias, y la demanda de colza también.
Por otro lado, la colza constituye una alternativa para diversificar la rotación agrícola inverno-primaveral . Este cultivo es una alternativa para reemplazar al trigo en muchos ambientes, ya que tiene beneficios de mercado y de manejo (permite adelantar la fecha de siembra de la soja de segunda, desocupa antes los lotes y deja un residuo muy cómodo para la siembra de la leguminosa).
La colza es un cultivo con posibilidades de adaptación a distintas condiciones agroecológicas y ha demostrado tener amplio potencial de rendimiento, tanto de grano como en aceite. No obstante, requiere de una serie de ajustes de manejo.
En este trabajo haremos foco en la siembra del cultivo para alcanzar óptimos resultados.




La floración se produce a principios de primavera con flores amarillas, el fruto es una silicua de 5 a 7 cm con varias semillas de 1,5 a 2 mm de diámetro.

Siembra de colza
En nuestro país, la época de siembra de colza se encuentra en un rango que va desde principio de mayo hasta fines de julio, según las diferentes áreas y cultivares. Las variedades primaverales, de ciclo intermedio a largo, se pueden sembrar desde mayo hasta la primera quincena de junio; y las de ciclo corto hasta la primera quincena de julio. Por su parte, las variedades invernales deben sembrarse lo más temprano posible.
Un tema clave al momento de sembrar colza es la maquinaria disponible. Hoy en día, las sembradoras de grano fino prácticamente han desaparecido de los campos, sólo encontramos sembradoras de soja que, por su versatilidad, también se utilizan para implantar maíz a 52 cm y 70 cm de distanciamiento entre surcos, y son las más demandadas por el mercado a la industria metalúrgica.
Ahora bien, nos encontramos con una sembradora ideal para la implantación de soja, pero en general se va a utilizar la misma maquinaria para sembrar colza. Adaptar el equipo no es lo óptimo, ya que el tren de siembra no está pensado para esta crucífera, ni siquiera para trigo, por lo tanto la calidad de implantación y la emergencia del cultivo pueden verse afectados.
A la hora de sembrar colza, lo primero que debemos considerar son los requerimientos de la semilla del cultivo para alcanzar una implantación uniforme. Es importante que la raíz no encuentre ningún impedimento físico en el perfil para que se desarrolle en forma adecuada. En ese sentido, debemos trabajar muy bien con la cuchilla, hay que seleccionarla correctamente de acuerdo al ángulo de encuentro que tenga el doble disco, elegir bien el diámetro del disco y limpiar el surco.
La semilla de colza es muy pequeña, la cantidad de reservas por su tamaño, la velocidad de crecimiento y los requerimientos, son totalmente distintos si la comparamos con una semilla de soja. Es por esto que el sistema de tapado de la máquina resulta en una complicación.
Hace más de 15 años que el ingeniero agrónomo Marrón utiliza un método de siembra que él mismo llamó profundidad aparente, también se implementa en pasturas, que se realiza pisando la semilla que está en el fondo del surco con la ruedita o cola de la máquina (de acuerdo al ambiente puede tener una u otra) sin tapar el surco. Si la colita o rueda pisa granos están en buenas condiciones, prácticamente tapa la semilla al apretarla.
En lotes manejados bajo siembra directa, la presencia de residuo en superficie provoca que los surcos tengas diferentes profundidades. A partir de este método de siembra, sea cual fuera la profundidad del surco, las semillas quedan 2mm o 3 mm cubiertas de tierra.
Por lo tanto, independientemente de las variaciones en la profundidad de los surcos la semilla queda siempre a la misma profundidad asegurando una emergencia muy uniforme, con un coeficiente de logro mayor al 70%.
Este método es muy aplicado por los productores de colza, ya que la mayoría de las sembradoras se pueden adaptar a este cultivo.
Cuando hay mucho rastrojo en superficie la clave es el espaciamiento entre líneas. Hay muchos productores que para deshacerse del rastrojo siembran a 35 cm – 42 cm y no a 17cm – 21 cm. De esta manera, se puede barrer el residuo resultando una alternativa interesante. Aunque hay que agregarle un barredor de residuos a la máquina y esto no es tarea fácil, resultando una desventaja para este sistema de barrido.
En resumen, podemos decir que clavando bien la cuchilla, abriendo bien el surco y poniendo la semilla de colza en el fondo del surco, tirada entre medio del doble disco, el mismo doble disco actúa como barredor de residuos y de esta manera se realiza una siembra de calidad.
En último aspecto, pero no menos importante, es la velocidad de siembra, el avance de la maquinaria debe dejar el surco limpio y apretar la semilla sí o sí.

Fuente: AAPRESID, 2012



  


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